Then she opened up a book of poems
and handed it to me
Written by an Italian poet
From the thirteenth century
And every one of them words rang true
And glowed like burnin’ coal
Pourin’ off of every page
Like it was written in my soul from me to you
And glowed like burnin’ coal
Pourin’ off of every page
Like it was written in my soul from me to you
Tangled up in blue
Bob Dylan
Cuando fui a Nueva York de viaje, ya hace muchos años, no llevaba nada planeado excepto dos cosas: Coney Island y la librería Strand. Allí me compré unos cuantos libros, entre ellos The Poet's Story, una recopilación de relatos escritos por poetas: Sylvia Plath, Anne Sexton, John Berryman, Frank O'Hara, Muriel Rukeyser y algunos más. Por alguna razón, la poesía siempre ha estado conmigo. Desde siempre y supongo que hasta siempre. Sólo esto y nada más.
Al entrar en la adolescencia, como muchos adolescentes, yo también escribía poemas e incluso relatos de terror. Creo que Poe tuvo gran parte de culpa, pero sobre todo, la tuvo mi padre. Una vez, de niña, hicimos una apuesta. Me dijo que si me aprendía El cuervo de memoría, tendría una recompensa y, por supuesto, su admiración. Y no lo hice, apenas unas estrofas, pero sirvió para que lo leyese una y otra vez y lo siga leyendo todavía hoy. De niña me aterrorizaba la imagen de aquel cuervo inmóvil, posado sobre el busto de Atenea y se me encogía el corazón por el sufrimiento del protagonista ante la pérdida de la virgen Leonora, que es así por los ángeles llamada... sin nombre aquí, ya, siempre.
Años más tarde, cuando empecé a fumar a escondidas, mis padres me mandaban ir a misa y yo, en su lugar, iba a casa de una amiga a fumar un cigarro. Nos recuerdo a las dos sentadas con música de fondo de Aute y Serrat. Entonces llegó Machado y también Miguel Hernández. Lo que no consiguió mi padre, lo hizo la música: aprendí aquellos poemas sin apenas darme cuenta, quizá porque yo siempre quise ser el hortelano de la tierra que ocupas y estercolas compañero del alma, tan temprano.
El amor trajo cantautores, a veces el mismo, a veces diferentes. A Pedro Salinas, Neruda, Benedetti. A aquellos que hablaban de amor y luego de desamor y otra vez vuelta al amor. Versos en los que sentirse reflejado. Ya sabéis cómo es cada vez que ocurre: cuando te quiero es porque sos mi amor, mi cómplice y todo y en la calle codo a codo somos mucho más que dos.
La rebeldía y la inquietud me acercaron al Romanticismo inglés a otros muchos poetas y a algunas letras de canciones como las de Bruce Springteen sonando en la radio recordándome a alguien que no conozco. Internet también me ha dado mucho, pero sobre todo, en poesía, me ha dado a Isabel Bono, porque ella es poesía, piensa poesía, respira poesía.
Toda mi vida recibiendo poesía. Todo poesía. Desde todos los puntos,poesia. Entre fuegos violentos o regresando sola, allí estaba sin rostro y me tocaba. La poesía.
La rebeldía y la inquietud me acercaron al Romanticismo inglés a otros muchos poetas y a algunas letras de canciones como las de Bruce Springteen sonando en la radio recordándome a alguien que no conozco. Internet también me ha dado mucho, pero sobre todo, en poesía, me ha dado a Isabel Bono, porque ella es poesía, piensa poesía, respira poesía.
Toda mi vida recibiendo poesía. Todo poesía. Desde todos los puntos,poesia. Entre fuegos violentos o regresando sola, allí estaba sin rostro y me tocaba. La poesía.
Los fragmentos en cursiva pertenecen a poemas de Poe, Miguel Hernández, Benedetti, Isabel Bono y Neruda.